En respuesta a la entrada de Merytos, éste es mi libro de cabecera. Es cortito, ágil, amargo y con mucho humor. Lo tiene todo para ser una recomendación de las que luego hay que agradecer. Dejando a un lado lo formidablemente escrito que está, a mí me ganó por las irreverentes divagaciones que se marca el protagonista, capítulos enteros en los que expresa sus opiniones sobre temas tan dispares como Platón y el patinaje artístico.
Durante bastantes años ni siquiera decía palabrotas, y hasta utilicé durante otros muchos un vocabulario amplio y selecto, pero he llegado a la conclusión de que para vivir no hacen falta más de 100 términos y que la mayoría de ellos son malsonantes.
Algo parecido a esto opinaba el bolchevique madrileño. Pero atestiguo que el autor sabe hilar exquisitamente el resto de términos innecesarios que nos ofrece el castellano.
Feliz día del libro.
Marguerite Gautier.
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