domingo

Dawn of the dead

La frase que te dice que ha llegado la hora de emprender el camino a casa a menudo sale de la boca de un extraño. Si alguna vez has sido el último en salir de un garito conocerás bien al hombre-lapa (el penúltimo en salir: sale justo antes que tú y te espera en la puerta, al lado del portero, se te cuelga del hombro y te dice "¿dónde hay un after?" o cualquiera de las tres variantes predeterminadas de esta frase).
Quitarse de encima a este infraser es tan difícil como quitarse de las zapatillas blancas el barrillo de las copas.
A plena luz del día el rostro del hombre-lapa adquiere una dimensión profética: "Donny. you are out of the element".

Cuando vuelvo a casa mientras amanece, por Gran Vía o Arenal, a menudo pienso en multiversos, determinismo, zombis y karma. Todo ello mientras esquivo hombres-lapa.




La dignidad de este protohombre es una ecuación consistente en dividir el peso actual de su cartera entre su peso inicial y dividir el resultado entre la hora a la que se realice la medición.


Por San San Antonio

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