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Cinco horas con Menchu

Sí, sé que el título original que Don Miguel Delibes le puso al libro fue Cinco horas con Mario (creo que si este tipo de cosas no las supiera jamás me habrían dejado pisar la facultad) pero en realidad todo aquel que lea este fabuloso libro o sea muy afortunado y pueda ir a ver la representación teatral, me dará la razón. Porque realmente nos pasamos cinco (o más depende de la velocidad de cada uno) horas con Menchu, la difunta esposa de Mario.
Para que ustedes lo entiendan es como leer a una abuela en la cocina maquinando el día a día entre canciones religiosas y profanas, o como si alguien hubiera plasmado el monólogo de una madre después de reprender a un hijo por algo que ha hecho más ("Hay que ver, como es este muchacho, que no se le puede sacar de casa...")
Pues eso es básicamente lo que desarrolla Delibes en su obra. Y por trágico que parezca (Una mujer echándole en cara veinte años de matrimonio a su difunto esposo) nada más lejos de la realidad. El ritmo del pensamiento de Menchu y las continuas vueltas que les da a los hechos más simples arrancan una sonrisa, cuanto no una carcajada en el lector (Por eso les recomiendo que extremen precauciones en el metro, no vaya a ser que nuestro San les vea y les haga objeto de una de sus críticas sociales titulada algo así como: "Toooooodos locos y la esquizofrenia que me amó")

Por Merytos Propios

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