martes

Los santos pierden la cabeza...

La última moda es decapitar a los santos. Uno de los mejores vídeos del momento plasma la tendencia:




¡Ni al mismísimo Tarantino se le habría ocurrido cortar en tantos fragmentos una cabeza!

Lo cierto es que ni el más reputado director de terror podría haber logrado la tensión que los 12 segundos previos a la caída consiguen imponer en el espectador.

Por si fuera poco, en una Iglesia de Burgos han decapitado a los santos de la fachada para vender las maltrechas cabecitas en el mercado negro.



En exclusiva, la imagen que presentaban los santos antes de ser decapitados:



Tampoco entiendo yo este alboroto: en la Catedral de Sevilla, sin ir más lejos, tienen por ahí suelta la cabeza de San Juan Bautista… ¿Por qué no hacen como en los hospitales de muñecas y la encajan en el cuerpo de alguno de los pobres santos decapitados? ¿Ser cristiano no es ayudar al prójimo? La Iglesia tiene un stock de cuerpos desmembrados a los que esta tendencia les puede dar una nueva salida.



¿Será una nueva moda eso de cortarle la cabeza a los santos? Yo sé de un santo al que no me importaría imponer esta tendencia…



Pero, ¿cuáles son las últimas palabras de esos seres puros y bondadosos poco antes de perder la cabeza? ¿Serán tan ingeniosos como Maria Antonieta y habrán dejado un “pues que coman pasteles” como frase memorable?

Me hallaba yo enfrascado en este apasionante misterio, cuando investigando sobre el tema me he enterado de la existencia de los Cefalóforos (en griego: los portadores de cabezas). Así que los santos están más que acostumbrados a portar sus divinas cabezas en sus manos, aunque son solo ”los que tras ser decapitados hicieron algo sorprendente como caminar o sostener con las manos su testa desprendida los que aparecen llevando su cabeza”.

Eso sí: llevar su cabeza, sus plumas y lo que se le antoje merece el pollo que vivió sin cabeza 18 meses

Una cosa os digo: muchos requerimientos ponen para que puedas salir con tu cuerpo al completo, ¿no? Exponer a un santo recién decapitado a la presión de hacer unos bailes que ni Massiel en una cata de vinos me parece algo macabro.



En la imagen, San Félix, Santa Regúla y san Exúperancio frente a Jesús segundos antes de jugar al Twister. Ni entonces se llevaba lo del fair game

La analogía con personajes mucho más curiosos, como las mujeres con cola, es estremecedora



De hecho, atentos a Ariel con su colita: sus manos demuestran que nos hallamos ante el pantocrator.

Algunos me acusarán de irrespetuoso: nada más lejos de la realidad. Como muestra, incluso voy a dar una solución: al igual que se dice eso de “la culpa la tienen los padres, que las visten como putas”, quizás los escultores deberían hacer menos atractivas las cabecitas de sus santos. Hay cabezas que nadie se querría llevar consigo



Y en el caso de que incluso esta medida falle, tranquilos: vivir sin cabeza es más fácil de lo que parece




Por San San Antonio

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