Una hora de sobriedad en el evento fue suficiente tiempo para constatar lo que hacía tiempo que ya sospechaba: la gente es igual en todos lados, independientemente del terreno en el que uno se mueva.
Estés en una fiesta de estudiantes, en una fiesta en la casa de un rapero o en una exclusiva fiesta llena de gente con ansias de medrar es inevitable no reparar en los amos del cotarro, aquellos a quienes se ha de rendir pleitesía, aquellos con quienes quieres ser visto hablando. Si entras en su juego has de aceptar las normas: si estás "casi ahí" debes tragar hasta que algún día, con suerte, llegues. Si eres de los que no llegarán ni de coña, don´t worry; cuentas con su aprobación e incluso su simpatía.
Sobre todo no desesperes: La vida es un larguísimo torneo contra tipos más chachis que tú.
Aprende esto: Si el número de interjecciones fáticas que recibes como respuesta a tu monólogo es igual o superior a 5 por minuto, NO ESTÁS SIENDO INTERESANTE.
Por San San Antonio
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