jueves

Dulzura sudamericana.

Todos hemos escuchados estas voces de pequeñuelos, y hasta que no hemos crecido no nos hemos dado cuenta de que los dejes dulzones del doblador no eran recursos para embellecer el diálogo (formulado en nuestras mentes infantiles: “qué bonito hablan los de las pelis”), sino que se debían a que el doblaje se había realizado en América Latina.
Las primeras bandas sonoras de Disney no se pueden desligar de estos matices americanos para aquellos que las hemos visto en español: es parte del fraseo de la música, que para más inri, tiene esa sonoridad tan elegante y encantadora , y que ahora nos suena nostálgica, de la música de cine de primera mitad de siglo.
(Yo me preguntaba por qué Blancanieves llamaría de usted a los pajaritos. Quizá era por su condición aristocrática. El caso es que adoraba las voces de las princesas).
Por Marguerite Gautier.

No hay comentarios:

Publicar un comentario