jueves

Dame un limon y conquistare el mundo

Si hacemos caso a los anuncios de la tele, el amo del cotarro metropolitano es un señor cuya juventud juega los últimos minutos de la prórroga en un partido que todos sabemos como termina. La publicidad, que es muy lista, sabe que este tipo de señor juvenil es el target perfecto porque es el único que no te cruza la cara cuando le hablas de "laifestail", aunque no tenga dónde caerse muerto.

A mí me parece muy bonita y muy guay la forma de juventud domesticada que viven estos señores, porque es una juventud sin sobresaltos, como los nuggets de pollo. Aclaro esto porque no todo el mundo piensa como yo. Pero qué sería de este país de envidiosos sin los bonitos y muy necesarios contrastes: Estos tipos escuchan canciones de grupos que cantan sin sonrojarse sobre "echar un polvo" o "meterse unas rayas", celebrándolo como pequeñas victorias, mientras se ríen de chavales jóvenes que follan y se drogan a diario y preferirían pillarse un SIDA a acabar pareciéndose a un señor como estos.


Os lo creáis o no, en algunas culturas se considera a este tipo "un partidazo"




Por San San Antonio

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