domingo

Trópico de otoño

Comentaba hace algún tiempo por aquí que la gente en verano en Madrid huía del calor muy a costa de su dignidad, y por eso me alegraba siempre de la llegada del otoño. Pero este verano me pareció muy divertido un repunte tropicalista y hawaiano en el atuendo de algunos. A la mierda el pesimismo, parecían decir, aún vemos el sol brillando sobre toda esta mierda. Que Madrid esté asentado en una meseta semidesértica a casi 400 km. del mar era algo accesorio: Tropicalia es un estado mental.

Estos días, un pensamiento aterrador me consume por dentro: Que el tropicalismo no sobrevivirá a este invierno. Que la turbiedad siempre ha acabado por imponerse en Madrid a golpe de, en fin, realidad.

Hay algo de idealista y de ingenuo en todo este mundo paradisíaco. Algo de cartónpiedra. Pero aquí sólo tenemos veinte días de otoño y se pasa del veranazo a la rasca invernal demasiado pronto. El frío que llega te recuerda cada año que las cosas son como son, y ya está ¿Por qué nadie, entonces, se ha decidido a sacar a la venta plumíferos hawaianos?


Haced la prueba: Coged al amigo con más jeto de vicioso violador, ponedle una camisa tropical y... voila! Por arte de magia se convertirá en un entrañable e irónico vividor de simpáticos vicios.







Por San San Antonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario